sábado, junio 23, 2007

God Of War II


Los mitos griegos están en el inconsciente colectivo, creo yo, de todo el mundo occidental, y supongo que de buena parte del cercano oriente, tal vez sólo se libren de ellos en China, Mongolia, Japón, y todas aquellas regiones donde la gete no ve, sino que escanéa, dicho con todo respeto.
El caso es que, con todo el cariño que les tiene uno, o que les tenía yo a los mitos griegos, o grecolatinos, me resultaban hasta cierto punto aburridos. Es aquello que le es familiar a uno, a fuerza de ser el hogar (del bagaje mitológico) se vuelve usual. Digo, si incluso en el habla, estamos llenos de alusiones a los mitos grecolatinos. Además, por lo general dan la impresión de ser una tras otra narraciones de las conquistas románticas de Zeus y los celos de sus señoras.
Cuando se trata de emoción, de asombro, incluso de misticismo, yo iba en busca de todo ello a mitos más extraños, a mitos sumerios, a las tradiciones del levante, de la India, de China (esto en menor grado, por que siento que les falta cierta violencia que se encuentra uno cada tres palabras en los mitos de tierras orientales más cercanas). O como no, a los mitos de los pueblos prehispánicos.
En conclusión, que los mitos grecolatinos son el trasfondo de la civilización occidental, pero por usuales, aburridos. Luego se viene enterando uno de más cosas, como aquello de la diferencia entre los ritos olímpicos y los cthónicos (¿a que suena bien la palabrita?), los misterios órficos y cosas de ese tipo. Pero creo que faltaba algo, faltaba que algún entretenedor profesional se metiera de lleno y diera nueva vida, ante los ojos de esta civilización obsesionada por lo visual, a los mitos griegos.
Luego viene God of War, para PS2.
Luego viene God of War II, que es el que sí jugué, el otro no. El protagonista de God Of War, un comandante espartano (claro, Esparta se está poniendo de moda y hay que seguir las tendencias -de hecho Esparta siempre ha tenido una cierta atracción para el occidente moderno, serán las raíces nórdicas que encuentran a su similar en esa ciudad estado-), de resonante nombre, Kratos (Poder), cuyo desdén y reto alcanzan a los propios dioses. En God of War, Kratos termina convirtiéndose en Dios de la Guerra, venciendo al mismísimo Ares, y en God of War II, es traicionado por Zeus (quien resulta ser, y como podría ser de otra manera, su señor padre), y le despoja de las divinas investiduras. Así que durante el juego, Kratos busca la manera de vengarse del mismo Zeus, ¿y que creen?, pues que lo logra.
God Of War II, dicen, es el violentísimo canto de cisne del Play Station 2, y un canto grandioso sí que lo es. Gráficas, controles, historia, todo está soberbio, y está diseñado de tal manera, que las pocas pausas para cargar escenarios, adquieren características de tomas cinematográficas descriptivas, de manera que casi no hay interrupción, y a uno le entran ganas de jugarse el juego de una sentada, como si estuviera viendo una película, y es que el guión es digno de superproducción hollywoodense. Tal vez habrá detalles que saquen de quicio al purista de los mitos, como la demente aparición de Icaro (¿o era su Dédalo?), pero son detalles que en cualquier motion picture no sólo se disculpan, sino que se esperan.
El ambiente es místico, violento hasta el orgasmo górico, y casi se siente el "poder" del protagonista en sus movimientos. La resolución de acertijos puede resultar tediosa, pero hasta eso vale la pena.
Me parece que God of War II, además de ser un gran juego, le da nueva vida, dentro del mainstream visualofílico, a la mitología grecolatina. Que le pone interés de nuevo a estas historias, vamos, y de pronto Zeus no es sólo el simplón don Juan de barba blanca, sino un verdadero y poderoso tirano. La historia, además, tiene los bastantes giros dramáticos, se adivinan los bastantes engaños y dobleces, como para que el juego de aleje de la inocencia maniquea que suele dominar los videojuegos.
Digo, soy mas o menos nuevo en esto de los videojuegos. Tuve mi NES, y no volví a tocar una consola hasta el PS2, tampoco he jugado Grand Theft Auto, por lo que mi sorpresa ante God Of War II puede ser explicada. Pero me sorprendió la manera en que Kratos destazaba a enemigos, hombres o mujeres, feos o guapos por igual, eso es igualdad de oportunidades y no tonterías.
Esa ordalía de Kratos en su búsqueda de desquitarse del mismísimo Zeus, algo tiene que me llega, el hombre aborreciendo y despreciando al dios, y demostrando que puede elevarse, en las alas de ese odio, a lo más alto del olimpo... ¿qué puede haber mejor?, tal vez sólo esa escena, cerca del principio, en las piscinas, ya saben, donde se encuentra Kratos a las dos núbiles jovencitas que... aaaaaaaaalgame Dios, digo Zeus.
Un juego por demás recomendable, y a esperar God Of War III... y la película.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El deseo de Kratos de desquitarse con Zeus (su padre) tiene algo que te llena... y luego mencionas a las chicas... estudio psicología y muy probablemente este diciendo estupideces, pero ese párrafo me recordo el complejo de Edipo, y ya que hablas de mitos griegos te imaginaras de que trata aún si nunca has escuchado de psicoanálisis: la agresion contra el padre y el deseo a la madre, simplemente me parecio curioso.
De todos modos, chévere la reseña, lástima que el PS3 este cueste tanto ¬_¬ tocara mejor conseguirse GoW.