viernes, mayo 28, 2010

A little love poem... with zombies (with apologies to Simon Pegg)

So it has finally happened, it is the zombie plague
and the dead keep rising from deep or shallow grave,
sure it seems the Apocalypse is sweeping the world
but worry not, my love.

For there will be running, and crying and pain

and most of those we know will be dead before the end.
And as we run trough the valley of the shadow of death
with hungry evil lurching slowly at our heel,
you know as well as me
that when all's said and done, we will prevail.

And even if we both don't, and the zombies get to me,

and I have to make you put a bullet trough my head
so I don't have the crave for your sweet, slender flesh,
you'll know it's been for love that I sacrifice myself
and were the roles reverse, I would have done the same.

But as we run trough the valley of the shadow of death

with hungry evil lurching slowly at our heel
you know as well as me,
that when all's said and done, the plague stays or be gone
our love will have somehow made it trough.

For even if it happens to come to the worst

and we both end as zombies with the craving for brains
we will shamble together, decaying hand in hand
and no fate worst than death can be better than that.

martes, mayo 18, 2010

Del Koala al Lince

Me aproximé a la actualización a Lucid Lynx con bastante nerviosismo, había escuchado varias historias de terror acerca de cómo no vale la pena actualizar de una versión de Ubuntu a la siguiente y que es mejor, para una mayor estabilidad, simplemente borrar la instalación anterior y poner la nueva versión. Y es que supuestamente cuando la actualización se hacía de una versión a otra, el resultado era una especie de Ubuntu mutante que no dejaba de dar errores. No recuerdo las páginas en las que leí esos testimonios así que nadie tendría por que tomar mi palabra por ellos.
Pero no estaba dispuesto a darme a una tarea que, igualmente por rumores, he sabido que es infernal, borrar una partición con Ubuntu para poner una nueva con el nuevo Ubuntu. Así que hice lo que me pareció más inteligente, respaldar mi información en la partición de Windows, cerrar los ojos y darle click al botoncito para comenzar la actualización... luego abrir los ojos y darme cuenta de que el cursor estaba en el lado opuesto de la pantalla, colocarlo sobre el botón para la actualización, volver a cerrar los ojos y darle click.
Las cosas empezaron bien; la última vez que intente una actualización, del 9.10 al 9.04, en mi máquina anterior, lo primero que me dijo el programa de actualización era que la nueva versión no contaba con controladores adecuados para mi tarjeta de video, considerando lo que había batallado aquella vez para echar a andar dicha tarjeta de video, lo dejé por la paz. Esta vez no me dijo nada de eso, ninguna advertencia de incompatibilidades (los dioses oscuros bendigan a Nvidia), y se dispuso a actualizar.
Y la cosa terminó bien, casi demasiado bien para mi gusto, yo me esperaba algo más dramático para darme por satisfecho de que la actualización se había completado, pero el lince este simplemente me dijo que ya estaba y que eso era todo, una reiniciada y ya. Casi me hizo pensar que algo debería haber ido mal, pero hasta el momento, casi un mes después de haber actualizado, nada ha salido mal. El único reclamo que tengo es que me gustaba más la splashscreen esa teatral del koala, esta nueva del lince no me convence demasiado, no tiene nada de malo, pero la otra era más impresionante.
Pero el caso es que toda mi configuración se mantuvo, no perdí nada de información y las cosas salieron mejor de lo esperado.
Una cosa, FreeRapid Downloader, que de por sí es un programa que parece el pez fuera del agua en el entorno de Ubuntu, ha estado portándose raro, y parece ser que es por culpa de Java, que FreeRapid necesita para funcionar y que me imagino, aunque no tengo idea en realidad al respecto, que también es un tanto pez fuera del agua en Ubuntu. Puede ser que la versión de Java que tengo no sea del todo compatible con 10.04, puede ser que tenga que actualizar Java, pero maldito sea si tengo la menor idea de cómo hacerlo, al instalarlo di por hecho que se iba a actualizar como el resto de las aplicaciones del sistema. Como quiera que sea el problema no es gran cosa, FreeRapid simplemente dice, cada vez que agrego direcciones para descargar, que ha ocurrido un error y debe cerrarse, le acepto y sigue trabajando como si nada; claro, ha perdido la capacidad de guardar la lista de descargas, pero de cualquier manera las descargas grandes siempre las hago desde Windows por que no he podido descubrir cómo hacer que el FreeRapid me apague el sistema cuando acaba las descargas en Ubuntu.
Lo que me tiene como niño con juguete nuevo probablemente no es nada nuevo del lince, sino algo que ya estaba allí y simplemente no lo había descubierto, la posibilidad de cambiar la opacidad de las ventanas, que era una de las cosas que me hacían babear, vacuo adicto al eye candy que soy, al ver screenshots de Windows 7. Ahora aquí estoy desgraciándome los ojos por que todos los menús son transparentes, al igual que mi inseparable PyRoom... ahh, nada para sentirse uno futurista como escribir un documento sobre un fondo de escritorio visible... lo cual me doy cuenta que es irónico por que se supone que PyRoom sea un programa especialmente diseñado para tener un entorno de escritura sin distracciones, y allí voy yo a ponerle distracciones extra. Pero qué bonito que se ve.
La historia fue diferente con mi netbook. Igualmente le puse arranque dual, añadiéndole Ubuntu 9.10 Netbook Remix al Windows XP que traía. En el caso de la Netbook los beneficios de Ubuntu son evidentes, pues el XP que trae de fábrica, aún cuando se supone que está diseñado para la pantalla pequeña del netbook, en realidad no lo está, y Netbook Remix sí que está adecuado al tamaño, con sus menús especiales y todo eso. El problema fue que a la hora de la actualización, pues que el 10.04 no era una continuación del 9.10 netbook remix, sino una distribución nueva, por lo que entendí. Igual y sí era posible una actualización desde el 9.10 remix que tenía, pero la pantalla de actualización me dio mala espina, como que implicaba que iba a actualizar al 10.04 normal, y no al retocado para netbook.
Así que en ese caso tuve que fingir que sabía lo que estaba haciendo y meterme a tratar de sobreescribir la partición de Ubuntu, para borrar el 9.10 remix y poner el 10.04 para netbook. Mientras mantenía el XP que nunca uso... y el misterioso trozo de disco duro dedicado al arranque de Windows 7... ni idea de qué sería eso.
Pero, evidentemente, no tuve la menor idea de qué estaba haciendo y los intentos de sobreescribir la partición simplemente no funcionaban, en todo momento intentaba crear una nueva, que con el disquito duro del netbook ya era mucho, así que decidí que, si después de todo en el netbook nunca usaba Windows (excepto para aquel glorioso experimento de instalarle Diablo II, que totalmente funcionó), pues mandé todo al carajo como buen novato y le dije que formateara todo y pusiera 10.04 como único sistema operativo.
Me parece que de vez en cuando la netbook se queja, al arrancar como que busca algo que dice que no encuentra, en un parpadeo de letras demasiado rápido para leerlo, tengo que suponer que se debe a que traía XP de fábrica y ahora no comprende por qué no está allí. Aparte de eso, igualmente todo ha funcionado mejor de lo esperado. Con una excepción que acabo de recordar, por algún motivo Ubuntu One no quiere cooperar cuando se trata de la máquina de escritorio.
Así es que no me he arrepentido todavía del cambio a Ubuntu, que por supuesto no ha sido total dado que todavía quiero mis juegos y simplemente resulta más fácil ponerlos en Windows que tratar de ajustar Wine.