sábado, agosto 06, 2011

El último hombre en la Tierra

La clasifican como la historia de terror más corta:

"The last man on Earth sat alone in a room. There was a knock on the door."

o

"El último hombre en la Tierra se sienta solo en una habitación. Llaman a la puerta".

En realidad nunca he entendido del todo por qué se le considera una historia de terror. Es más bien una paradoja, o un mindfuck como dirían al otro lado de la raya. Si es el último hombre en la Tierra, algo terribla ha pasado ya, el que llamen a su puerta, me parece, palidece en comparación con el hecho de que el resto de la humanidad ha desaparecido. ¿Qué horror puede ser más grande, que aquel que causó la desaparición de la humanidad entera, dejando a este hombre solo? O mejor aún, ¿no es de esperarse que cualquiera sea la fuente de la llamada a su puerta, esté relacionada con la desaparición de la humanidad, y que en ese caso, ese hombre sepa qué es lo que viene a por él?

Pero el hecho es, que en mi opinión personal, la parte verdaderamente tenebrosa de esa historia, si es que hay alguna parte que se pueda considerar así, es la primera, donde dice: "El último hombre en la Tierra se sienta solo en una habitación". No estoy seguro por qué, pero esa imagen sola, sin lo que ocurre a continuación, me parece ya de por sí impactante. Imaginarme a ese último hombre en la Tierra, sentado solo en una habitación... hay algo profundamente erróneo con esa imagen, algo maligno, que para mi hace que la parte siguiente, donde llaman a su puerta, sea de menor impacto.

Tal vez sea que para mi, ese hombre es sospechoso. Ese hombre solo, el último de la Tierra, sentado en una habitación... ¿no es acaso facilísimo imaginar que ese hombre ha tenido algo que ver con el hecho de que sea el último? Tal vez sea, por otro lado, por que en mi imaginación, ese hombre nunca reacciona con miedo al hecho de que llamen a su puerta, en mi imaginación, el último hombre solamente mira a la puerta, sin mostrar emoción alguna. Simplemente se queda mirando la puerta, no hay miedo, no hay aceptación, no hay nada en sus ojos.