Tengo días sin dormir como se debe.
Ojalá pudiera sólo dormir, y soñar contigo
en lugar de soñarte despierto todo el día
en ese embriagarme de una ilusoria tú
que por las noches me roba el descanso.
Ojalá pudiera sólo dormir, y soñar contigo
pues ese sueño, mientras es vivido,
sabe a realidad, y se disfruta como el paraíso
y al despertar, la amargura
no puede competir con la dicha de soñar contigo.
Ojalá pudiera sólo dormir, y soñar contigo
y perderme en ese sueño, y soñarlo para siempre
no volver a abrir los ojos y, lento, deslizarme,
deslizarme dentro del sueño, del que no hubiera retorno
pues ninguna realidad puede competir, con soñar contigo.
Ojalá pudiera sólo dormir, y soñar contigo
o despertar del estupor, de la vigilia, del no tenerte
del desearte todos los días, del añorarte,
al despertar del desamparo, de la desesperanza
donde vivir no tiene gozo, pero el dolor se añeja y muere.
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Ya sé que lo anterior es al verso libre, lo que masacrar transeúntes una mañana de abril es al derecho de libre expresión... pero ¿qué le vamos a hacer?
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