lunes, septiembre 07, 2009

Ya está aquí.


Y va de nuevo.
Ahora comprendo tantas cosas que sospechaba en un principio pero que no quería creer...
Fue misterioso cuando aquel PRS-505, que ahora por fin decido que se llamaba, durante su corta vida, Argēentos, salió de su caja sin bolsita de plástico, a diferencia del Patriarca Caracortada (sí ahora se ha ganado el título de Patriarca). Fue aún más misterioso cuando al encenderlo me percaté de que venía sin libro alguno, mientras que Caracortada traía 1984. Lo que no fue misterioso, pero que no quise comprender, fue la etiqueta de Restock Fee o algo por el estilo que llevaba en lugar del ovalo transparente que sellaba la caja de Caracortada. Argēentos había sido una devolución, ahora eso es evidente, y algo debió haber mal con él para que fallara de aquella manera tan repentina como desastrosa.
Ahora lo comprendo por que cuando ha llegado, el día de hoy, el nuevo, venía sellado con su ovalito transparente. Venía dentro de su bolsita plástica y traía cinco extractos de libros, un par de canciones y tres fotos de muestra. Y es que era de esperarse que trajera muestras, así lo hace Sony. Ahora comprendo cuál fue el problema desde el principio con Argēentos.
Ahora que ha arribado mi nuevo PRS-505.
Si hasta trae nuevo firmware el condenado.
Así que es tiempo de presentarlo en sociedad.

Argēentos II

Argēentos II looking all retroishly sci-fi-yi

¿Y ya que hice el gasto de volver a comprar un 505, por qué no ir a por todo y conseguir un 700? Uno, por que no estoy hecho de dinero, y dos, por que la verdad no tengo la menor necesidad de la pantalla táctil y la capacidad de tomar notas. Yo siempre he sido un lector pasivo, desde el punto de vista de que no acostumbro estar escribiendo cosas sobre lo que leo. Y la pantalla táctil en sí... la verdad me da mala espina, se me hace que va a fallar más pronto. Por otro lado. Argēentos II incluía cubierta adicional con luz, que era la única característica que me atraía del PRS-700.
Pero no me he dado por vencido con el Argēentos original, algún día será reparado y veremos que se puede hacer con él.
Ahora a leer se ha dicho.
Y Caracortada se ha retirado a un confortable envoltorio de suave fieltro verde chingamelavista en un cajón junto a mi cama, el Patriarca se merece una jubilación honrosa...

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