martes, septiembre 01, 2009

La Colonia Perdida

Por el momento, no entremos en detalles acerca de cuanto odio las libertades que se toman quienes traducen los títulos...

Bueno, fue una lectura rápida, de verdad quería terminar rápido este libro para enterarme del final, y no decepcionó. Tengo que decir que satisfactoriamente completó el ciclo comenzado con Old Man's War.

Si Old Man's War es eminentemente heinleniano, La Colonia Perdida debe mucho más, creo, a Orson Scott Card.

Es agradable ver que el tono militarista de Old Man's War, la política de "no preguntes" y de tan sólo proporcionar la mínima información necesaria, terminan siendo retados en La Colonia Perdida. Y al leer las últimas páginas, no puede uno evitar recordar las primeras de Old Man's War, y sentir que en efecto el círculo se cerró... ¿o será mejor decir que el tirabuzón completó una vuelta? De hecho, la trilogía comienza como un tipo de historia y termina como otra muy distinta, y eso es agradable, las cosas no se quedan estancadas. Pero al mismo tiempo, es una trilogía exitosa cuando al terminar el último libro te recuerda tanto el comienzo del primero.

Claro que tiene un par de problemas.

Mi mayor problema con La Colonia Perdida es el arma defensiva Consu que de pronto aparece, hacia el final del libro, para salvar el día. Hasta ese momento, Scalzi no había recurrido a ese truco. Es cierto que había caído en otros clichés y deus ex machina, pero este es el deus ex machina que les gana a todos. Si hubiera habido mención a la posibilidad de obtener tal arma en alguna parte previa del libro, o en uno de los anteriores, como ocurrió con algunos otros de los artilugios salvavidas, la cosa no habría sido tan mala. Pero como ocurrieron los eventos, la verdad aparece como un acto desesperado de Scalzi por dar solución a un problema en el que se metió y del cual no sabía como salir.

Sospecho que en el libro de Zoe's Tale, algo puede ser que sea revelado sobre esto, sobre la inesperada aparición del artilugio salvavidas, habrá qué esperar a ver.

Los Obin terminan dejando qué desear, habiéndose transformado en mi especie favorita con Las Brigadas Fantasma, esperaba más de ellos en este libro, sin embargo pasan misteriosamente a un segundo plano, y su intervención en procurar el artilugio salvavidas tampoco es justificación suficiente para la existencia del mismo. Supongo que por lo pronto habrá que dejarlo archivado con las cosas que los Consu hacen simplemente por que son Consu.

El retorno de Jane a su forma de Fuerzas Especiales, sans piel verde, también es un poco incómodo. Apenas tenemos tiempo de verla como humana limitada, para cuando resulta cambiada de nuevo. Fue evidente que Scalzi consideró que un elenco solamente conformado por humanos limitados no iba a poder hacer frente a las amenazas de la historia. Esto queda justificado hasta cierto punto con el enojo de Jane ante esta transformación no deseada, sin embargo, la revelación final acerca del cambio de Jane se siente como final de cuento de hadas, lo que no va con el tipo de historia que nos estaba dando Scalzi.

Por lo demás, la novela por fin pareció hacerse eco de lo que yo había sentido hacia la Unión Colonial desde Old Man's War, que son unos, como dirían al otro lado del charco, capullos engreídos.

Los personajes alienígenas son interesantes, tal como Cainen de Las Brigadas Fantasma. Pero también can en los clichés. El honorabilísimo general que ha visto tanto horror que decide cambiar las cosas, siempre con el honor por delante, se ha hecho ya muchas veces. Sin embargo en este caso, ese general, el alienígena Gau, sirve de contrapunto para dejar ver que todo este tiempo pudimos haber estado poniéndonos del lado equivocado al creer que la UC eran los buenos de la historia.

El problema con los alienígenas es, sin embargo, que como muchos autores antes, Scalzi tuvo que convertirlos en humanos con disfraz para poder crear una historia de acción entretenida. Aparte de las diferencias físicas, las mentes de los alienígenas parecen proceder del mismo molde que las mentes humanas, y la comprensión es inmediata. Lo mismo pasó en Las Brigadas Fantasma con Cainen. Las únicas excepciones son los Consu y los Obin, pero de nuevo siguiendo el formato que impide la presencia de mentalidades alienígenas verdaderamente diferentes en una novela que es básicamente de acción, los Consu y los Obin se mantienen en el fondo; y cuando los Obin participan activamente, tienen sus "medallones de consciencia" apropiadamente encendidos para que sus personalidades sean lo bastante humanas.

La Colonia Perdida satisfizo, y el final fue muy bueno. Se queda uno con ganas de saber que va a pasar después, pero el ciclo queda apropiadamente cerrado.

Los únicos problemillas restantes son:

El nombre de la colonia, que ha de permanecer "perdida" por un año, Roanoke es demasiado obvio. Pero supongo que fue un gusto que Scalzi se tuvo que dar, y después de todo, es su historia. Además que parte del problema aquí viene de la traducción del título, que destruye el juego de palabras y hace demasiado obvia la alusión (el título original es La Última Colonia, no La Colonia Perdida).

Y el otro problemilla, ¿qué diantres pasó con los hombres lobo de Roanoke? Supongo que estuvieron allí simplemente para mostrar hasta que punto la UC no había investigado apropiadamente el planeta, y como un ejemplo de los peligros a los que se enfrentan los colonos, y además sirvieron como metáfora de la política secretista de la UC, y como motivación para que Perry pidiera que se investigara más a fondo los metadatos de la información que le dio la UC (aun cuando Szilard afirma que los metadatos habrían sido investigados en cualquier caso). Pero el hecho de que Perry los traiga a colación en su primera entrevista con Gau, y la respuesta de éste a la referencia parezca ser tan importante, exigía que se les diera a los hombres lobo de Roanoke un lugarcito en el epílogo. En fin, war casualties me imagino.

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