¿No es curioso cómo cuando tienes que escribir algo, no te sale nada?
Recuerdo que para el discurso de mi graduación, hice al menos diez borradores que eran porquerías, y por más que me escarbaba el cerebro, no salía nada... y de pronto una noche el discurso llegó todo, casi formado, y de golpe. Lo hace pensar a uno que tal vez Pratchett tiene razón con su descripción de las partículas de inspiración. A todos pareció gustarles el discurso. Luego, en el baile, una amiga me pone una videocámara en la cara y me pide que diga unas palabras, no salió nada, así que disfracé mi bloqueo momentáneo, no muy bien, por cierto, y absoluto, con una broma de discurso alcoholizado. Definitivamente yo no puedo escribir bajo presión, así que en esta primera entrada, nada de nada.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario