miércoles, febrero 14, 2007

Anteros

Estoy harto de esto del amor, de lo que los gringos llaman unrequited love, amor no requerido (no es traducción literal) o, más mal que bien, llamado amor platónico.
Y es que nuestra sociedad está obsesionada con eso del amor platónico y del amor romántico. En algún momento a alguien le pareció buen material para inmortalizar sus ideas el crear el concepto del amor romántico, y no puso una maldición a todos los demás.
El amor, especialmente en este 14 de febrero, es representado por el buen Cupido, esa bizarra mezcolanza de querubín malentendido y deidad griega del homoerotismo. Ah, por que por si no lo sabían, Eros, Cupido, no era el dios del amor tal cual, era el dios del "amor masculino", guiño, guiño, si saben a lo que me refiero. Afrodita hacía que los hombres se enamoraran de las mujeres y había otra serie de tradiciones para ese tipo más tradicional y biológicamente eficiente de amor, mientras que Eros, Cupido, se encargaba del amor bigotudo. Y es que en la antigua grecia, como en la mayoría de los pueblos de la antigüedad, sólo un hombre podía ser igual a otro hombre, por lo tanto sólo podía haber verdadero amor, entre iguales, entre dos hombres.
No me voy a meter en las implicaciones que eso tiene en la actualidad, en esa tradición que hemos heredado, sobretodo en nuestros países latinoamericanos, donde la mujer aun está muy lejos de ser una igual del hombre, donde la novia y la esposa pertenecen al hombre, y tener una señora en casa es más o menos necesario, como tener un buen caballo, o un buen auto. Y luego resulta que en la actualidad, el señor se escapa de casa cada tercer noche para pasársela con los compadres en la cantina, en el bar o viendo el fut, departiendo con los que sí son sus iguales, otros hombres... ¿los únicos a los que de verdad puede amar? Pero como dije, no me voy a meter en eso.
Resulta pues que este 14 de febrero, que cristianamente llamamos día de san valentín, rendimos homenaje a una mutación querubínica (el bebé con alas no es para nada el querubín original, el querubín en su forma verdadera era un ser con cuerpo de toro, cabeza humana y alas, o cuerpo de león, o demás combinaciones, cuyo fin era inspirar terror; esto en el origen de las tradiciones cristianas, la sumeria); mutacíón que viene a ser en verdad nada más y nada menos que una representación de la deidad griega del amor masculino, el amor bigotudo, el amor que viene de donde se dan los hombres. ¿Que opinarían todos esos cristianitos obsesivos si se enteraran de eso, de que la caja de chocolates que su retoño le lleva a la retoña de al lado tiene dibujada encima la representación del dios de los gays?
Pero a fin de cuentas tampoco era eso a lo que me iba a referir, quería presentarles a Anteros.
Olvidémonos de lo que les he dicho y aceptemos la fuerza que la tradición da a las ideas, digamos que Eros, después de todo este tiempo, se reformó y se convirtió en la representación del amor en general.
Resulta que parece ser que Eros, él solito, no es el amor ese que suda las palmas de las manos de una parejita, Eros es el amor que hace que el chavito se quede viendo a la chavita, o que la chavita le escriba cartitas que nunca le enviará al chavito, pero Eros, el muy hijo de su afrodita madre, no se preocupa de que esa mirada o esa cartita sea respondida, él se limita a flechar un pendejo y dejarlo a su suerte. Eros es el dios del amor, que muy posiblemente se transforme en unrequited love, amor platónico.
Luego viene Anterors, el de la foto. Es en todo igual a Eros, de quien es gemelo, pero tiene alas de mariposa, pelo más largo, y a veces además de arco y flecha, gusta de llevar un garrote. Al parecer los papás de Eros lo vieron muy solito y le dieron un compañero de juegos, Anteros, que significa, el amor retornado. Así es, Anteros es el dios del amor que se regresa, de la miradita que se retorna, de la cartita que se responde, del sí, pa' que se entienda.
Las manitas sudadas, los chocolatitos recibidos de quien se esperan, esas son las obras de Anteros. ¿Y alguien se acuerda de él?
Eros viene y dice: "Mira nomás, qué buena que está esa chava, ¿te gusta?" Y tú de pronto dices. "aaaaaalgame diooooosss", y estás frito. Luego Eros, riéndose como demente, se va a ver a quién más chinga.
Anteros llega y dice: "¿Así que te gusta esta chava?", y tú respondes: "bhaaahha maahmablalaaaahhhhhh mi querer". Así que Anteros va y te la consigue. Luego cuando muy contentos tú y tu amorcito sangolotean el volkswagen, ni quien se acuerde de Anteros, y cuando viene el primer san valentín de la nueva pareja, es todo en honor de Cupido.
Creo que por lo anterior, Anteros a veces mejor ni se aparece, ha de estar encabronadísimo, y deja que la bola de idiotas se las arreglen como puedan, que su hermano siembre el caos.
Pero los humanos ¿nos cae el veinte?, ¡Por supuesto que no, idealizamos el amor no requerido, hacemos películas y canciones sobre él, y nos pasamos noches en vela gozosos de nuestra propia miseria! Y para agregar imbecilidad, vamos por allí diciendo que el amor más puro que existe, es el amor platónico, cuando el amor platónico ni siquiera es amor, pero de eso hablaré después.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Por que te molesta el 14 de febrero? ¿Acaso el 14 de febrero se debe considerar como un "tabu" o en otro "angelical" sentido? Ademas, deberias de mencionar el porque de san Valentin, solo para cubrir todos los cabos sueltos.