martes, agosto 18, 2009

Old Man's War


Old Man's War es un libro escrito por John Scalzi, un escritor del que nunca había oído hablar.

El libro fue una lectura muy agradable, hace mucho que disfruté tanto de un libro como éste -no me refiero a que los temas me hayan hecho pensar mucho, como en el caso de Blindsight de Peter Watts-, sino que está escrito de una manera muy amena y fácil de seguir, que creo en estos momentos era justo lo que necesitaba. Había estado pasando por una racha en la que no encontraba libro que me atrapara, y Old Man's War lo hizo.

Este libro electrónico me lo conseguí casi por accidente de una especie de “remate de libros gratis” de la casa editora TOR, creo que en una entrada anterior hablé de ello.

Es un libro escrito al estilo de Heinlein, una especie de homenaje. Así que es exactamente lo que se podría esperar, un space opera de guerra, al estilo de Starship Troopers y que recuerda mucho, obviamente, a Ender's Game. No introduce demasiados conceptos novedosos, se acomoda en su nicho y se dedica a contar una historia que todo lector familiar con este tipo de libros podrá reconocer.

Claro que si hay algunas novedades, aunque eso de novedades puede ser una exageración.

La idea de una civilización interplanetaria donde la Tierra en sí no juega un papel principal y de hecho se encuentra en cuarentena, protegida a la vez que limitada por un poder político humano superior (la Unión de Colonos), aunque no sé dónde pude haberlo escuchado antes no me resultó del todo ajeno. No es de hecho similar a la relación terrestres-espaciales de Asimov en la fase más temprana de su Imperio Estelar. La Unión de Colonos es paternalista no sólo con la Tierra sino con las demás colonias y de hecho nunca queda del todo claro quién está detrás de esa fuerza política, quien dicta las ordenes de las CDF (Colonial Defense Forces).

Tal vez la mayor novedad, aunque tiene un sabor muy fuerte, para mi, a Larry Niven, es el hecho de que los soldados del CDF son hombres y mujeres de la tercera edad, a quienes se les proporcionan cuerpos nuevos especializados para la batalla; tenemos así soldados que han vivido toda una vida como civiles, han creado familias y negocios, y hacia el final de sus vidas deciden, por varios motivos, lanzarse a una vida de aventura formando parte de las CDF. La mayor razón expresada para tomar esa decisión es el deseo de no morir de viejo, pues se sabe, en la Tierra, que de alguna manera la CDF puede rejuvenecer a las personas -el hecho de que todo se trata de un trasplante de cuerpo no resulta en realidad ninguna sorpresa para el lector, pero la sorpresa de los protagonistas se justifica tal vez debido al estado de desinformación en que la Unión de Colonos tiene a la población de la Tierra. Así que estos soldados luchan no sólo por defender el espejismo de un ideal, sino por defender a una humanidad que conocen muy bien y de la cual forman parte ya sus genes. Esto es lo que me recuerda a Niven, con sus Protectores Pak, los más viejos de entre los Pak que alcanzan un estado de fisiología modificada con el cual pueden proteger a su progenie, donde sus genes ya se están replicando. No sé si Scalzi pensó en los Protectores Pak al crear a sus soldados viejos, pero la relación es interesante. Claro que también está la contraparte, las Brigadas Fantasma, los soldados de las Fuerzas Especiales que nacen siendo adultos y listos para pelear, sin haber tenido nunca una vida humana normal.

La idea de que la tecnología para los viajes interestelares (el skip drive) lo que hace es mover las naves de un universo a otro idéntico es interesante y hasta cierto punto perturbadora, y podría habérsele dedicado mucho más tiempo al análisis sus implicaciones, pero eso habría entorpecido el avance de la novela. En ausencia de tiempo para explicar los detalles más complicados, la respuesta de Scalzi, por medio de dos de sus personajes más versados en física “no tienes las matemáticas para comprenderlo”, resulta una salida bastante inteligente, si bien puede resultar insatisfactoria para algunos lectores que queremos saber más. Pero más de un libro se ha hundido bajo el peso de su propia densidad científica.

Otro aspecto que me quedé con ganas de que fuera mejor explorado, es lo que ocurre con los cuerpos viejos después de que “la conciencia” ha sido transmitida a un nuevo cuerpo. No me convence la idea de que el viejo cuerpo simplemente deja de funcionar, y para mi queda un aspecto macabro detrás de esa transferencia. La conciencia tal vez se copie, pero me parece evidente que el original no pierde la conciencia original, y es simplemente destruido por el encargado de la transferencia. A fin de cuentas, el original muere, y aún cuando el nuevo yo tiene conciencia de una continuación de su existencia previa en la nueva, el original ve terminada su experiencia. Pero como es común, no vemos la cuestión desde el punto de vista del original que está a punto de ser destruido. ¿Al final de cuentas se enteró de que a pesar de todo estaba muriendo? Esos segundos en los cuales el nuevo yo observa al viejo yo mirarlo dan a entender que la experiencia continúa en el viejo yo, aunque sea por unos momentos, y diverge de la del nuevo yo. Pero como dije, de ello no se habla más, y es una de las cuestiones de la ciencia ficción que siempre me han hecho sentir incómodo desde que lo vi por primera vez en las teletransportaciones; la cosa es que el original muere, el tipo que entra en la cabina deja de existir, y luego aparece uno nuevo en la siguiente cabina que tiene todos los recuerdos de ser el original, pero que en realidad no lo es.

Hay varios clichés en Old Man's War, pero la mayoría son perdonables y no afectan demasiado el disfrute del libro. Hay sólo dos que incitan una respuesta insatisfacción. Uno es el inescapable sargento instructor, que entrega un discurso larguísimo acerca del como no es el típico sargento instructor de la ficción, sino que él es “the real deal”, quien en verdad, de veritas de veritas odia a los cadetes que le ha tocado entrenar. Pero todo el largo discurso no consigue cambiar la verdad; que SI es el típico sargento instructor de las novelas de guerra. Creo que Scalzi hizo esto como una parodia en varios niveles... o bien creyó que en verdad estaba creando un personaje consciente de su personaje y que lograba despegarse del cliché por medio de su discurso... pero no lo consigue. Muy bien podría Scalzi haber creado un personaje completamente distinto para ese sargento; dado que es sólo esporádicamente visto, las posibilidades eran muchas, pero Scalzi eligió irse por el lado del cliché que se sabe cliché y desea no ser cliché. Unas pocas acciones de parte de este personaje en lugar del discurso “yo sí los odio”, habría ido mucho más lejos para establecer su credibilidad.

El otro cliché es el héroe que triunfa en todo, más allá del deber, más allá de lo razonable, cuando no por sus propias cualidades, por pura suerte, y es además humilde acerca de todo ello. Esto también puede que sea una especie de parodia, pero tratándose del protagonista, la parodia llega a incomodar. La cuasi disculpa, hacia el final del libro, para este cliché, con un superior diciéndole al protagonista (John Perry), que “Nobody likes an overachiever” no termina siendo suficiente.

A pesar de todo lo anterior, repito, el libro es muy disfrutable. Y a pesar de que los aliens son, en su mayoría, malos malos, los diálogos internos de los personajes acerca de las continuas guerras le quitan pesadez a este otro cliché.

Ahora que lo pienso, tal vez todo el libro es, además de un homenaje, una parodia en varios niveles de las space operas de guerra.

No sé si soy solo yo, pero no pude evitar, cuando se trata de los malos de la historia, los alienígenas Rraey, pensar en que eran una especie de parodia de esa chef superestrella -o como sea que se les diga- Rachel Ray; por el nombre Rraey/Rachel Ray, y por el hecho de que uno de los actos de provocación de los Rraey es transmitir un programa de televisión, precisamente con uno de sus “chefs superestrella”, acerca de cómo cocinar humanos. Si estoy en lo cierto y esto fue planeado así por Scalzi, muy buena broma John, muy buena :)

En mi sistema de clasificación de libros, el cual nunca he usado antes en este blog y probablemente nunca usaré después, le doy a Old Man's War cuatro cruceros de batalla de cinco posibles (el quinto fue derribado por la maligna raza alienígena de los K'lyche).

No hay comentarios.: