sábado, agosto 23, 2008

Lo que pudo haber sido II

Y así, triste y derrotado regreso.
Durante unas pocas horas esta madrugada, fui un usuario de Ubuntu.
Todo comenzó con un desgraciado rootkit que se me escondió en el sistema, vaya usted a saber donde, y con eso de que esas cosas son bien difíciles de quitar -no era sólo cosa de emplear el antivirus, sino emplear al menos otros cuatro programas y trabajar en condiciones especiales-, que me entró el coraje y decidí mandar a Windows al carajo. Durante tres días, entorpecidos por el méndigo virus -por que de rootkit pasó a trojano en forma-, me dediqué a respaldar toda mi información, 20 DVDs -más al menos 5 en falso que el Nero me echaba a perder- fueron necesarios para respaldarlo todo. Luego descargué Ubuntu 8.04, quemé el CD, y al carajo con todo.
Ubuntu es una chulada, en algunos aspectos, por ejemplo me libró de varios engorros. Mi primer miedo era que no iba a poder conectarme a Internet por el Prodigy, pero el Ubuntu se lo pasó por el arco del triunfo y quedó listo sin que yo le metiera mano. De inmediato se puso solito a actualizarse -claro, sin el pedo que hace Windows por que el sistema no sea original-, y encima de todo, se pone a descargar los drivers que necesitaba para mi hardware, nada de CDs polvorientos ni nada, vaya, que hasta el driver de la tarjeta de video me descargó. Mi siguiente miedo era que no iba a poder leer los DVDs que hice de respaldo en formato UDF, y de nuevo como si nada los leyó. Y estaba to asombrado, pensando "o sea que esta gente me regala un sistema operativo, su soporte y actualizaciones, y encime hace el trabajo por mi, esto no puede ser tan bello... lamentablemente no lo fue.
No había manera de hacer funcionar la tarjeta de captura de video, por que no vi por donde diantres enterarme si bajo Ubuntu existía, y ese fue otro problema para un mimado usuario de Windows como yo, que las cosas parecen estar escondidas en Ubuntu, no las más funcionales, pero sí lo administrativo. Estaba dispuesto a dejar pasar eso de momento, y aun la incapacidad de instalar el Poser -tenía la esperanza de que Wine viniera en mi ayuda- y Perfect World. Pero resultó que una de las cosas que quería hacer antes que nada, era formatear los discos duros extras... y simplemente no veía la forma de hacerlo, lo más que conseguí fue que el sistema me reconociera que era yo el dueño y no un tal "root", ¿quien será ese tal "root"?. Pero aún así, y cuando pudo borrar el contenido de los discos... nada de formatearlos, hasta que me enteré de que tenía que bajar un programita Gpartitioner o algo así, con el que por fin hubo formateación... pero me quedó el mal sabor de boca de no poder haberlo hecho en cuanto yo quería.
Luego estaba Windows... que resulta que nunca se borró por completo el sistema operativo, al parecer seguía allí, y en efecto, hasta se lo podía revivir, en forma homuncular y deforme, pero revivido... y pues esa clase de cosas me desesperan mucho, si quiero borrar algo, quiero que se borre por completo, no dejando trozos de sí tras su partida. En fin, que para seguir, el control de la tarjeta de video no era idóneo, y al pasar la señal a la TV, me aparecía sólo un cuarto de la pantalla; que al tratar de instalar el Avast para Linux, simplemente no pude hacerlo aparecer en el equivalente de Ubuntu del Menu Inicio de Windows, seguí las instrucciones, me invente algunas, voltié de cabeza el archivo y nada, así que era cosa de que cada vez que lo quisiera usar, tenía que irme por todo el caminito de carpetas hasta donde estaba, por que encima no pude crear un acceso directo. La cosa terminó de hartarme la tercera vez que se me colgó el Ubuntu... ¿pues qué no se supone que eso es lo que Ubuntu no hace y que Windows sí, colgarse? Por que este XP que llevo años usando nunca se me ha colgado, no sin manera de despertarlo, y Ubuntu sí... eso fue la gota que derramó el vaso y, tengo que admitir que triste, tuve que volver al viejo y conocido Windows -bien dice, mas vale malo por conocido que bueno con quien hablo-. Me puse y con el disco de Windows si formeteé todo -eso si, si en alguien puedes confiar para que acabe con todo lo que tenías antes que él, sobre todo si era otro sistema operativo, ese es Windows-, y estoy de vuelta, sin virus y esperando a que llegue uno nuevo, por que ya se sabe que no hay de otra. De nuevo con Windows.
Pero allí está Ubuntu, no termina mi añoranza por el día en que pueda entregarme completito a él... ejem... a ella, desde este momento Ubuntu es "ella", y ser feliz entre sus brazos. La verdad es un sistema precioso, y como dije, de inmediato te encuentras con una actitud muy distinta a la de Windows en cuanto a servicialidad, la de Windows es como que forzada, y siempre puedes ver el brillo monetario en el ojo metafórico del sistema de Microsoft, la de Ubuntu se siente real, como alguien que se está esforzando por hacerte feliz... pero que también te trata como un adulto y quiere que tú te esfuerzes otro poquito... y esta vez, supongo, no estaba preparado para dar ese esfuerzo.
Aún así, recomiendo Ubuntu. Y si se lo instalan y lo disfrutan, trátenmelo... digo trátenmela bien, y díganle que algún día estaré allí con ella... algún día... algún día...


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