viernes, febrero 13, 2009

Ubuntu Pathetic Platypus

"Es mi opinión personal que los Ornitorrincos han sido cruelmente ignorados por los fabricantes de software y espero que Canonical nos tenga en cuenta cuando sea hora de nombrar el Ubuntu al que le toque la letra 'P'".

No, no es cierto, es Ubuntu 8.10 Intrepid Ibix, pero ¿a que estaría genial que sacaran una versión Pathetic Platypus? Yo lo compraría... bueno, ya sé que es gratis, pero en ese caso hasta lo compraría... a precio de Windows Vista... es que me gustan los ornitorrincos... Es más, podría ser Ubuntu Ponderous Platypus, o Ubuntu Profound Platypus, o Ubuntu Piccolo Platypus -especial para teléfonos móviles-. O ya si lo que quieren es apantallar pues Ubuntu Powerful Platypus. ¿Ubuntu Perverted Platypus..? Sí, creo que éste último también lo compraría...

De nuevo vuelvo a intentarlo...
Qué puedo decir, en cuanto se me mete una idea entre las cejas, no la puedo dejar ir así como así. Eso me viene ocurriendo con Ubuntu desde hace meses, no se me quita la idea de cambiarme a ese sistema operativo.
La última vez que lo intenté, terminé dejándolo por la paz después de que me encontrara con un par de problemas.
Esto se supone que sea el informe atolondrado de un usuario que no tiene la menor idea de lo que es Linux -hasta hace un año habría jurado que se trataba de una especie de felino-, acerca de su convivencia con Ubuntu.
Para empezar esta vez decidí no hacer el cambio completo. La vez pasada traía un virus en Windows que no me dejaba estar, uno de esos que ningún antivirus elimina y que lo obliga a uno a hacer no sé cuantos cambios, borrar archivos, correr programas, y pensé en mejor formatear el sistema, tras lo cual, puse Ubuntu y no me convenció. En parte, irónicamente, por que Windows nunca desapareció del todo, la opción seguía allí así como al parecer el OS. Lo obsesivo compulsivo me ganó y volví a formatearlo todo y reinstalé Windows.
Tras un breve periodo de: "Sí, uso Windows, pero por lo demás todo serán aplicaciones de código abierto", pasé a una etapa de: "Al carajo con eso y para que se les quite, hasta IE7 y Windows Media Player 11 voy a poner"; con la ayuda de un par de blogs que daban indicaciones acerca de como instalar esos dos programas sin pasar por la autenticación de Windows original -¡Ey, no es mi culpa, cuando compré la máquina nadie me dijo que el Windows que traía no era original, hipócritas los del negocio oficial donde me la vendieron!-. En fin, que de esa etapa de "todo open source" sólo me quedó aMSN.
La cosa es que esta vez, con el nuevo Ubuntu 8.10, Intrepid Ibex -estoy esperando ansioso al día que saquen el Ubuntu Pathetic Platypus, ese día si me cambio totalmente-, me decidí a ponerle más esfuerzo. Lo instalé al lado de Windows... y la primera de las cosas extrañas que ocurrieron es que el parecer no se instaló en el disco duro principal, donde está Windows, sino en uno de los secundarios, que ahora aparece, al verlo en Windows, mutilado y no se ve por ningún lado la partición... pero en fin, eso es lo de menos dado que Ubuntu funciona y no parece haber conflictos.
La cosa con Ubuntu es que me encanta la idea. Te descargas el CD -que curiosas son las cosas, que tengo 20 DVD's vírgenes pero me tuve que ir a comprar un CD para el Ubuntu... por favor, nadie me informe que lo mismo podía haber quemado la imagen en un DVD, me moriría de vergüenza-, lo instalas mucho más fácilmente que como se instala Windows, y en cuestión de... una hora más o menos estás listo para... comenzar la actualizaciones... está bien, está bien, no hay problema, tras la instalación el programa está listo para usarse, pero dado que allí estaba la opción para actualizarlo, pues a ello, me dio tiempo de irme a cortar el pelo. Ah, sí, de las cosas que me encantan de Ubuntu es que hace todo por tí cuando se trata de comenzar a usarlo, y si eres un usuario primerizo, pues yo diría que Ubuntu es ideal. El OS busca las actualizaciones, las descarga y las instala, todo sin el menor problema. Windows hace algo similar, pero te regaña y se enfurruña por cuestiones de originalidad, y terminas teniendo que apagar la opción que te avisa si hay actualizaciones... aunque a estas alturas, con Vista, y dado que yo sigo con XP, pues la verdad no sé ya si esto sigue siendo un problema... anyway.
Ubuntu viene cargadito con los programas que puedas querer usar, Open Office para trabajos de oficina -el OO lo probé un rato en Windows, pero no me gustó que había un par de conflictos a la hora de ver los PPS que te mandan los amigos por correo... sí, ya lo sé, eso es casi una cualidad a favor de Open Office... pero soy obsesivo y terminé volviendo a Microsoft Office-, trae el Firefox como navegador, lo cual está perfecto, trae un programa para el correo, otro para mensajería, Totem para las películas... en fin, que trae todo lo necesario y por eso me parece ideal para un usuario novato de PC. Bueno, pero si hasta a la hora de reproducir archivos de video que no reconoce, como .flv, se dio a la tarea a buscar los códecs necesarios cuando en Windows uno tiene que pasarse su buena media hora consultado foros para encontrar el programa con el que ver el bendito video... peeeeeeeero, la cosa cambia cuando uno es metiche sin ser habilidoso. O sea, que según entiendo, y siendo esto Linux, es también ideal para los usuarios experimentados que saben usar la máquina por línea de comando y ese tipo de cosas; aunque me imagino que los verdaderamente hábiles no se rebajan ni a Ubuntu y se arman su propio... ¿como le llaman, distro? de Linux. Pero cuando se es un usuario curioso, con ganas de sentir que tienes control sobre la máquina -aunque sea sólo una ilusión- pues Windows es lo que mejor va, por que a la hora de meterse a juguetear con los archivos, Ubuntu, siendo Linux, no se anda con jueguitos. Donde Windows nomás te dice: "Sería inteligente que no borraras ese archivo", Ubuntu simplemente no te deja a menos que sepas lo que estás haciendo y por lo tanto cómo hacerlo. Esto viene a colación por el simple hecho de querer ponerle un nuevo skin a aMSN, ¡que no me dejaba el Ubuntu este, habrase visto! Pero ya, inconcebiblemente la respuesta estaba en Yahoo Answers -me muero de vergüenza por ello-, y se pudo. Pero el caso es que están todas esas restricciones de Ubuntu que si uno es, como ya dije, más metiche que habilidoso, lo dejan sintiéndose bastante inepto y desesperado.
Tengo dos días probando el Ubuntu, y sólo me he escapado a Windows una vez. La cosa parece marchar bien. Visualmente es muy agradable, aunque me atrevería a decir que es lo opuesto a las nuevas versiones de Windows, donde éstas se ven, digamos que etéreas, Ubuntu se ve sólido, agradable de una forma opuesta, digamos. También agradan las muchas formas que tiene de cambiar el aspecto de la interfaz, cosa que había extrañado de Windows 98 en el XP, pero en Ubuntu son aún más y he perdido mis buenas horas acomodando y cambiando colores a ver qué me gusta más. Las barras de tareas absolutamente manipulables me tienen fascinado.
Un problema, que enfrenté desde Windows pero de alguna manera había olvidado y ahora me pica en un costado con Ubuntu, es la desinstalación de los programas que vienen con el paquete. Por ejemplo en Windows me habría encantado desinstalar MSN y Outlook, en lugar de sólo eliminar los íconos, hacer como que no existían, y usar mis propios programas. Ahora con Ubuntu, como estoy muy acostumbrado a Thunderbird y a aMSN, pues ignoro Evolution y Pidgin, pero no los puedo quitar por que al parecer están muy enredados con otras aplicaciones. Sí, sé que se supone que con el gestor de paquetes Synaptic es que se eliminan los programas que no se puede quitar con Añadir y Quitar aplicaciones, pero dado que parecen ser parte importante del sistema y como no tengo idea de cómo interpretar los árboles esos de relaciones, pues no me atrevo a quitarlo de momento... si es que es posible.
La instalación de programas es una de las cosas que me siguen dando descalabros con Ubuntu. Con Windows es facilísimo descargar un .exe o un .zip e instalar un programa. Con Ubuntu, hasta mi experiencia actual, lo ideal es no arriesgarse descargando los programas a través del navegador y mejor irse a los repositorios donde como quien dice automáticamente Ubuntu los descarga e instala. Al menos a eso me he resignado de momento, no sea que de repente me pase como la última vez que traté de instalar programas y después de supuestamente instalados no tenía la menor idea de a dónde habían ido a parar. Pero tampoco es para tanto pues en los repositorios hay una amplia variedad de programas de donde elegir para las necesidades que se tenga que satisfacer... que frase más rara acabo de escribir.
Algo que ya antes me había gustado mucho es la descarga automática de drivers, y lo divertido que es, al menos a mi ver, el que Ubuntu advierta con tanta seriedad que tal driver es de software cerrado y que deba uno poner sus claves para poderlos instalar... de nuevo nada de driver para mi tarjeta de captura de video, pero dado que todavía tengo allí a Windows, pues viene a ser problema menor.
Y aquí viene la cuestión de por qué no hacer el cambio completo. Está el driver de esa tarjeta que al parecer Ubuntu ni siquiera sabe que existe, y que para usarla necesito volver al viejo Windows. Pero lo principal son mis e-books.
Recientemente cayó en mis manos el penúltimo modelo de Sony Reader, el 505, y estoy de nuevo en plena fiebre de descarga de e-books. Para empezar, la biblioteca de Sony no trabaja en Ubuntu, no sé si será posible hacerla trabajar en Wine, pero con los quebraderos de cabeza que me ha dado antes la e-Book Library, mejor no le muevo. Está Calibre, que también hace las veces de biblioteca y está diseñado para cargar los libros al Reader, además de traer funciones que el programa de Sony no trae, que tiene su versión para Linux. Peeeeero, al parecer los libros cargados con Calibre el Reader -aún cuando sean .lrf-, los formatea, y eso de ver al Reader con la pantallita gris y el "formatting...", abajo, me da calosfríos, pues fue durante ese proceso que Caracortada se me volvió Caracortada. En cambio al cargar los libros con el software de Sony, el Reader los abre tal cual. Por otro lado mi propia biblioteca he sido incapaz de cargarla a Calibre, será por que todos los libros en ella los tengo en .rtf, que es el formato "genérico" que el Reader mejor trabaja. Pero la cosa quedó perfecta dado que en Todo Ebooks, una página que recién descubrí hace un par de semanas y que me tiene babeando, ofrecen una enorme biblioteca ya preparada para cargarla al Calibre. Y mi propia biblioteca la puedo tener por separa en el e-Book Library de Sony. Así que éste último programa es mi segunda razón para no abandonar Windows. Pero la mayor de todas las razones es... Book Designer.
Ahhhh, Book Designer, tengo que dedicarle una entrada aparte. Es el programa al que le pregunté, en cuanto empecé a usarlo: "¿Dónde has estado toda mi vida?". Esa facilidad para convertir casi cualquier formato a .lrf -el nativo del Sony Reader-, esa facilidad para editar los libros... esa posibilidad de mantenerme diez horas consecutivas pegado a la compu editando mis libros... Book Designer es maravilloso... y sólo está en Windows, y hasta donde sé, aun con Wine necesita que uno tenga Word para funcionar bien, y aun así al parecer no funciona al 100%. ¿Y por qué diantres iba a querer yo una joya como Book Designer funcionando a menos del 100%?
Y las demás razones son Los Sims 2 y Spore, y en menor grado Perfect World.
Ahora surge la ironía. El principal problema con Windows es la tendencia a volverse lento, que se supone no pasa con Ubuntu -digo se supone por que con los dos días que tengo de usarlo aún no sé si será cierto-, esa tendencia windowsiana a enredar programas y subrutinas que terminan dándole a uno la idea de que tiene un laberinto escheriano por Sistema Operativo, y el hecho de que todo esto va en detrimento de programas pesados, tales como los juegos... peeeeeero, esos jugos sólo funcionan en Windows. Así que instalo Ubuntu como alternativa al enredado y lento Windows, pero para los programas que quiero correr en un sistema más rápido, tengo que volver a Windows... qué puedo decir, mi vida es una ironía tras otra, lo cual es irónico por que... en realidad no, pero sonaba suave decirlo así.
Y al final está el problema que la primera vez me hizo borrar Ubuntu.
Yo estaba acostumbrado con Windows 98 a que de vez en vez se congelara y tuviera que resetear la máquina, nada más usual. Eso lo olvidé con XP, el cual hasta el momento nunca se ha congelado al punto de tener que empujar el aborrecido botoncito de restart. Pero Ubuntu, que yo esperaba fuera mucho más estable -se supone que sí es, pero yo, como atolondrado linuxanalfabeto no sé por qué es más estable-, resulta que en estos dos días, ¡dos veces se me ha congelado sin razón aparente! No era lo que me esperaba de Ubuntu. Bueno, creí que por ser una nueva versión, diferente del 8.04 que probé la vez pasada, eso de congelarse no iba a ocurrir, pero lo ha hecho. Puede ser que algo esté yo haciendo mal, pero no he hecho nada que no hubiera hecho en Windows XP, y éste último sigue con su récord de nunca haberse congelado.
En fin, que veremos que pasa. De momento aguantaré vara... Ubuntu me gusta, en el peor de los casos es un cambio agradable a la rutina de Windows, pero me temo que si esto del sistema congelándose continúa y tengo que quitarlo... me voy a echar un alacrán encima por que seguramente voy a terminar teniendo que formatearlo todo... la pista me la da el hecho de que la partición donde está Ubuntu no sea visible desde Windows.

Disclaimer: Si usted es un usuario experimentado y la mayor parte de los anteriormente escrito le provocó risa loca... esa era la idea... ejem... sí... eso mismo... era mi plan desde un principio... ajá... ejem... (la verdad no, pero ¿que me queda decir? "Así me bajo yo").
Disclaimer Segunda Parte: La Ausencia de los Links: No he puesto enlaces a páginas o programas que he mencionado por que me dio mucha güeva, la verdad, pero en entradas posteriores incluiré enlaces a páginas relacionadas con el apasionante mundo de los e-Books. Y el link para descargarse Ubuntu... pues ese cualquiera se lo encuentra.

Y para terminar, el bonito logotipo de Ubuntu.

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