viernes, mayo 23, 2008

Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal

Spoiler alert, spoiler alert...

And introducing: Mutt Jones... naahh, that name will never work...

Lo confieso, tenía mis dudas. He visto demasiadas malas películas, pero por encima de todo he visto demasiadas buenas franquicias hundirse bajo su propio peso; es más o menos lo que ocurre con las estrellas, su fabulosa energía de fusión gana la batalla contra la gravedad, hasta que la pierde, y la estrella se colapsa, pero a diferencia de las estrellas, en las franquicias hay muy pocas esperanzas de supernovas, simplemente se colapsan y mueren.
Eso era más o menos lo que me esperaba de la cuarta de Indy, me esperaba muchas cosas malas, ninguna de las cuales pasó. Me esperaba que trataran de ignorar el hecho de la edad, como horriblemente trataron de hacer con Hopkins en Hannibal. Pero no, al contrario, durante buan parte de la película el humor se basa en eso, pero no demasiado, lo justo para que el expectador diga: "Bueno, bueno, está bien Steve, está bien, te creemos a un Indy viejito", y a partir de entonces, ni siquiera recuerda uno que está viendo a Indy "viejito". Al principio sí, es muy evidente la edad, pero al final, bueno, uno apenas lo distingue de aquel joven y sardónico que acababa de regresar de una batalla de hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano.
Luego viene lo del hijo. Digo, era obvio que el chico era su hijo, desde el momento en que apareció, si no es que desde el momento del trailer. ¡Vamos, que el tipo se ha puesto "Mutt"! ¡¡Mutt!! ¡Como el perro, perro mezclado, o perro callejero, como en Indiana que se puso Indiana en honor a su perro, por que él se llama en verdad Henry! Vamos, que ese chiste estuvo muy bien colocado y fue de muy buen humor, un gran guiño. Ahora, no soy un fan del Shia LaBeouf, o como se escriba, el tipo no me convence, pero hay que reconocer el que hizo bien su papel.
Pero lo que más tiene de reconocerse la película, es mi escena favorita. El mero final, cuando Indy se acaba de casar con el amor de su vida, cuando Henry Jones III (nombre completo de Mutt) va a tomar la foto, cuando un viento spilbergiano abre las puertas de la iglesia, y arrastra, como quien no quiere la cosa, hasta los pies de Mutt, que entre dudoso y emocionado lo levanta -en ese momento, la sala de cine se volvió loca, había verdadera tensión, y risas, y de esos grititos tan desagradables de algunas seguramente fans de Shia-, y luego, justo cuando se va a poner el sombrero, el emblema, justo cuando la herencia va a ser pasada a una nueva generación... Indy se lo quita, con una mirada de "¿que estás jugando?", y se lo pone; la sala estalla en risas e inarticulados sonidos de aprobación. Claro, Indy es Indy, y ningún n00b va a venir a ocupar su lugar. Vamos, que Indy estuvo a punto de perder miembros y vida recuperando ese sombrero, y seguramente lo sepultarán con él puesto. Eso es lo que más le reconozco a la película, no es un pasar la antorcha a una nueva generación, no es un "presentando al nuevo Indy" o un "próximamente las aventuras de Mutt Jones", no, es Indiana Jones, y los demás son amigos o familia, pero nadie para ocupar sus zapatos.
Claro que Mutt recibió su tiempo de pantalla, incluso demostró sus habilidades con su "látigo", que en este caso fue una espada. Mostró sus características definitorias (¿tal vez el peine y el peinado sean su "sombrero"), pero nunca opacó a Indy, nunca "vino al rescate" más allá de lo que otros en el pasado -se me viene a la mente John Rhys-Davies-, han ayudado a Indy.
No sé si esta será ahora sí la última de la franquicia. Claro que viene atrás la retahíla de imitadores, tal vez hasta Tomb Raider se ponga de moda de nuevo. Ya vi un poster, para no sé qué película infantil, donde aparece la cara de un personaje que es una copia al carbón de Indy. Como decía no sé si será la última, pero espero que si no lo es, tampoco sea la primera de una nueva saga, con Mutt Jones como protagonista. Y es que son unos zapatos muy grandes de llenar. Quiero decir, Indiana Jones, la iteración de Han Solo, es nada menos que el hijo de James Bond; si se quiere continuar con la saga de los Jones, ¿no se deberían haber buscado a algún verdadero ícono, alguien con el carácter para igualar a Harrison Ford? Y eso está muy difícil, en lo personal no se me ocurren muchos para seguir lo pasos de Indy. ¿Robert Downey Jr.? Sin duda no da la edad para el hijo de Indy, a menos que la continuación sea algunos años más tarde. De pronto se me ocurre un casi desconocido como no sea para los ciencia ficcioneros -lo cual tendría una cierta poesía, considerando los orígenes de Ford-; estoy hablando de Ben Browder, el Michael Crichton de Farscape, y el Cameron Mitchell de Stargate. ¿Lo ven? Star Wars, Han Solo, no del todo el protagonista, pero casi. Stargate, Cameron Mitchell, no del todo el protagonista, pero casi... bueno, esto era uno de esos ensemble casts, pero el caso es que es poético el asunto, ambos con orígenes "estelares". ¿No se imaginan a Browder como el "nuevo" Indiana Jones, ya sea como Mutt Jones de grande, o como Indiana Jones Jr, II o lo que sea, habiendo Mutt elegido un nombre mucho más adecuado? Yo me lo imagino totalmente, Browder tiene hoy, lo que tenía Ford entonces, y actualizado para las nuevas audiencias. Al que sí no veo con futuro en ello, es a LaBeouf, pero en fin, Hollywood es capaz de destrozar muchos sueños.
Y otra de las cosas que me encantó fue la manera en que Spielberg por fin terminaba de "cerrar el ciclo" de las películas de Indiana con esta. Algunos tal vez sientan que fue demasiado, que el Spielberg de hoy está demasiado poseído por sus obsesiones y dejó que lo afectaran en la cuarta de Indy, como no dejó que lo hicieran cuando era joven. Esa es también una explicación muy plausible, pero me gusta más la mía, de que cerró un ciclo y llevo a Jones donde Spielberg ha estado los últimos años... bueno siempre, pero más en los últimos años... a otros mundos.
En la primera de Jones fue el poder ciego de Dios, en la segunda fue un oscuro misticismo hindú, y en la tercera, el poder de amor divino. En la cuarta, sí, fueron extraterrestres, y no sólo extraterrestres, sino "de los grises" nada más y nada menos que nuestros amigos del Área 51.
Vamos, todos sabemos que Spielberg es probablemente el hijo de un alienígena, y por eso se ha pasado la vida haciendo películas y series sobre ellos, la excepción más notoria era la serie de Indiana Jones, hasta ahora, donde la reconecta con su, digámoslo así, Arca de Mitos Spilbergianos. No se trata ya del arca de una sola saga, de una sola película, de una sola serie, sino el arca que conecta el trabajo entero de un creador de ilusiones. Algo así como la Torre Oscura de King, donde todo su trabajo termina conduciendo.
De nuevo los ilusos seres humanos tratan de conseguir un poder que no podrían soportar, mucho menos manejar, y eso los destruye, sólo que esta vez el poder viene de seres alienígenas y no de Dios. Creo que eso dice mucho también de la época en que vivimos, donde muchos han buscado refugio, de la debilidad de las creencias deístas, en las creencias ufológicas... pero dejemos ese tema para otra ocasión.
Algo curioso es que no son seres de otro mundo, sino de otra dimensión. Y es que se quería algo "grande", y cuando hablamos de ciencia ficción, ser de otro planeta ya no es lo suficientemente grande, hay demasiados seres de otros planetas, tenemos que buscar más allá, y lo siguiente lo conseguimos en otra dimensión. Nunca me ha dejado muy contento eso de "seres de otra dimensión", por que siempre me he preguntado, ¿cual, arriba, abajo, tiempo, alguna de las otras seis o siete? Pero bueno, la mayoría del público se conforma con eso. Si vas a tener un poder increíble, ya no va a bastar con que pongas su origen en otro mundo, eso está pasado de moda, ahora necesitamos "de otra dimensión", entonces sí es aceptable... y esto es también tema para otra ocasión.
Lo que hay que señalar es cómo la ciencia ficción nos ha ido abriendo de tal manera la imaginación que las barreras, aun cuando no las hemos alcanzado físicamente, las hemos superado con la mente. Hace muchos años, ser de otro planeta era fantabuloso, ser de la Luna, o de Marte, o de Venus, dejaba a la gente con la boca abierta. Luego fue necesario salir del sistema solar, ser de otros mundos en otras estrellas, pero cuando eso se volvió obsoleto, por alguna razón nos saltamos el escalón galáctico. No fue cosa de ir a buscar a "otra galaxia", pues para el público en general, eso era lo mismo, más o menos, que "otra estrella", y tiene su lógica, pues si saltamos de esta galaxia a otra, sólo tenemos más estrellas, y no necesariamente un nivel mayor de sofisticación, "más de lo mismo", con el agregado de que está más allá de mucho y aburrido vacío. Así que salimos a buscar "en otras dimensiones", por que allí estaba el nuevo nivel, la más avanzada civilización, en alguna otra dimensión, como como mencionan en la película, en el espacio entre las dimensiones -¿o fue entre los mundos?-. Al final, el caso es el mismo, pues eran extraterrestres de los grises, y la única razón que se nos da para aceptar su interdimensionalida, fue la afirmación de un personaje, que seguramente lo comprendió durante su largo estado de trance-demencia.
Ah, sí, esta vez no fueron los nazis, siendo después de la WWII, ahora fueron los "rojos".
El caso es que la película es GRANDE, tanto así que casi al principio tenemos el primer momento spilbergiano con Indy parado frente a un hongo nuclear, impresionante. Escena que sirvió para decirnos: "I are serious director, this is serious business".
Por cierto, una de esas extrañas coincidencias de la vida, a pocos días de haber comenzado a leer "¡No, no, Rogov, no!", de Cordwainer Smith, donde se habla de la investigación soviética acerca de la guerra empleando habilidades telepáticas (no he terminado el relato, se me atravesó una habi), fui a ver esta película, donde se habla de lo mismo. ¿Habrán tenido los guionistas algo de inspiración "Instrumental" -if ya know what I mean-?

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